Publicado en 2 Julio 2013

Lo bueno de vivir en una permanente mudanza es que de vez en cuando aparecen tesoros. Así, ellos solos, sin buscarlos. Cosas que no recuerdas haber visto nunca, pero que han estado ahí -presumiblemente- toda tu vida.

No es el caso de el último que he encontrado.

El tesoro en cuestión es un 'minilibro' -no sé si existía el concepto de libro de bolsillo en 1964, soy mayor pero no tanto-. Digo que no es el caso porque sí lo recordaba. Lo que no recordaba era si lo conservaba o no. He perdido muchos (muchos, en serio) libros por el camino. Algunos que hoy en día serían muy valiosos. Lloro por esto.

Se llama 'Cuentos viejos de la vieja España', una quinta edición del 64 como ya he dicho, de editorial Aguilar, y entre unos 30 autores más o menos, hay cuentos de Alfonso X, Gonzalo de Berceo, Juan Ruiz, Tirso de Molina, y Baltasar Gracian Morales, por ejemplo. En un formato muy mini, parece una biblia, con el mismo tipo de papel además, de ese que da pena manosear por miedo a que se rompa. Eeeeso es, papel de fumar, ese papel.

La introducción es de Federico Carlos Sainz de Robles -de abril de 1943, por lo que deduzco que la primera edición es de ese año- y paso a transcribir el principio de esta inroducción, resumiendo mucho:

Cuento es la relación de un suceso. La relación, de palabra o por escrito, de un suceso falso o de pura invención.

Está en punto esta aclaración a la definición primera. Porque sin ella, en las épocas primitivas, cuando los hombres no escribían y conservaban sus recuerdos en la tradición oral, cuento hubiera sido cuanto se hablaba. Por algo contar -fabular- es lo mismo que hablar. Contaban -hablaban- sin faltar a la verdad. Contaban -fabulaban- cuando, fallándoles la memoria, suplían con la imaginación aquellos pasajes olvidados u oscuros de la realidad.

Como es lógico, preponderando tanto el temperamento individual en la relación de los hechos, ¿tenía algo de particular que estos se fueran deformando a través de dos o tres generaciones de narradores? La verdad más verdadera, luego de tamizarse por varios temperamentos sucesivamente, quedaba transformada en una mentira bella con 'ribetes de verosimilitud'.

El cuento triunfaba así en la vida.

Y no se piense que esta deformación temperamental de lo real fue voluntaria en el cuentista. Es improbable que el hombre imaginase adrede una historia para divertir, sino que los afanes íntimos eran quienes primero invalidaban la voluntariedad del sujeto.

Cuando ya inventada la escritura, se conservaron en prosa las verdades dignas de memoranza y la crítica sutil expulsó de la historia todo lo falso, el cuento ya fue más cuento que nunca.

Me quedo con "mentira bella con ribetes de verosimilitud" y con "los afanes íntimos eran quienes primero invalidaban la voluntariedad del sujeto".

No obstante, creo que Federico debería darse una vuelta por nuestro siglo XXI y ver como solo hay que abrir un periódico o poner un telediario para comprobar que la historia oficial hoy en día -también entonces, y por los siglos de los siglos- se cimienta de cuentos, fábulas, invenciones, y de una forma no solo voluntaria, sino bastante meditada.

Por cierto, es la hora de la merienda.

Escrito por Alfred Ego

Publicado en 12 Junio 2013

¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas? He aquí algunas ideas.

- El Séptimo Sello 2: Antonio Block le manda un email a la muerte pidiéndole la revancha pero esta vez jugando al parchís. Al mejor de tres partidas, por si acaso.

- El sol del membrillo 2: Narra de forma visual el proceso creativo de uno de los cuadros de Lola Flores en su etapa naif. Al final sale su hijo Antonio relatando uno de sus viajes astrales  en un baño de Malasaña en 1987.

- Sufre Mamón 2: David Summers y sus Hombres G son -20 años más tarde- obligados a ver su propia película sin palomitas ni coca-cola. Al final uno de ellos se suicida pero antes suicida a todos sus compañeros para evitar que vuelvan a reunirse para hacer una gira sin él.

- Yo quiero ser como Beckham 2 (Yo quiero ser como Guti): Narra las experiencias de un joven gitano (y gay) que quiere ser top model, frente a la oposición del patriarca y de todo el clan chabolista.

- El Ángel Exterminador 2: Un grupo de tuiteros se da cuenta de que no pueden salir de tuiter por mucho que lo intenten aunque no haya una razón aparente para ello. Van pasando los días y al final follan todos con todas y todas con todas y todos con todos y en fin.

Otro día más.

Escrito por alfredego

Etiquetado en #Universos para lelos

Publicado en 6 Junio 2013

Hoy quiero hablar de los forclendors, esos grandes desconocidos.

¿Quién no hay trifuminado alguna vez un forclendor en su vida? Tarde o temprano es un poen que todo el mundo tiene que pasar, y por supuesto, es húrdico hacerlo bien informado.

Hay mucho mito y mucho tiboner acerca de los forclendors, la mayoría (cómo no) mentiras cochinas. Por ejemplo, un forclendor nunca lo haría.

El origen de los forclendors ofrece más municercers que clarigones, pero todo indica a que llegaron a la naumea hace más de 400 años, 10 meses y 3 días. Siendo martes, eso sí es seguro. Poco a poco fueron precoliendo el entorno, hasta llegar a lo que hoy conocemos (conocemos? JA!) El resto es paja.

Existen básicamente (por resumir y no enrollarme con aburridos tecnicismos), tres tipos de forclendors;

- Forclendor áureo o forclendor alfa-type gmaxforce button. No es muy común (gracias a Ohm). Sus consecuencias pueden ser devastadoras, el último caso de este tipo que hay documentado resultó ser un rueglicante de lavadoras, curiosamente, indocumentado.

- Forlcendor chinchnatti. Estos son -macho- los más llamativos. No pasa un día sin que te cruces por el trubinador con tres o cuatro. Mucha suerte con ellos. Se dice que si le pasas un ortogrami por la chapa te dan suerte.

- Forclendor supinatrix. No, es broma, estos me los acabo de inventar, no existen. Supinatrix! LOL! XD!

Por último aclarar que la yunca no habla JAMÁS de forclendors, y no es algo baladí. Si no me creéis solo tenéis que comprobarlo por vosotros mismos. Coged una yunca cualquiera al azar y buscad. NADA! En efecto. No es algo baladí, como decía, sino que es una maniobra perfectamente orquestada por el gobierno para acallar las durneas sobre el tema. HALA, YA LO HE DICHO.

Lo que me extraña es que no lo haya dicho nadie antes.

Escrito por alfredego

Etiquetado en #Universos para lelos

Publicado en 24 Abril 2013

(Este post se publicó originalmente la semana pasada - a no ser que no leas esto entre el 22 y el 28 de abril de 2013, en cuyo caso, se publicó la semana muy pasada - en el blog de doña @gordipe en el que tuve el honor de aparecer un día como guest star. Yo de mayor siempre he querido ser guest star y hala, ya está)

Instrucciones para escribir

Para escribir, lo primero que necesitamos es un alfabeto, o sea, una codificación de una serie de caracteres del que se componen las palabras que a su vez componen lo que se puede denominar lenguaje o idioma.

Tenemos varios tipos de alfabetos; entre los más usados podemos enumerar:

-       Latino: el usado en este artículo, que va de la A a la Z.

-       El resto: compuestos de símbolos raros.

Una vez elegido el código –o alfabeto- el siguiente paso es formar palabras válidas y/o comprensibles, que, aunque no siendo necesaria su inclusión en ningún diccionario (recopilación de palabras oficial de cada país), sí que es aconsejable que tengan un uso en la vida real.

Ejemplo de escritura con palabras no válidas y/o comprensibles:

“Jfofeunegnjh meeiehhey hyeunbmac heiynm’g gomteue”.

El mismo ejemplo con palabras válidas y/o comprensibles (manteniendo el significado):

“Yo de verdad no veía para nada necesario que cerraras de golpe la tapa del piano mientras hacia mi numerito de tocar Para Elisa con el pene, pero tú misma”.

Teniendo ya, pues, elegida la codificación, y un lenguaje que recoja las combinaciones de letras más acordes a lo que queremos expresar, echaremos mano de la gramática –esa hija de perra-.

La gramática son las leyes de la escritura, si bien es cierto que las leyes están para saltárselas, y aquí el fin justifica los medios, y podemos entrar en el debate entre la forma y el fondo, no podemos caer en construcciones que atenten contra estas leyes sin un fin claro.

Ejemplo de gramática mal:

“El sol derretía la nieve en el valle, como si fuera llegado la primavera en verdad”.

A lo mejor la idea es buena, pero dale una vuelta.

Lo siguiente que necesitamos para empezar a escribir –todavía no hemos empezado- es elegir el medio.

Hoy en día el medio más común es un ordenador y un procesador de textos. Los hay de todos tamaños, formas y colores (los procesadores digo), si bien jamás caigas en el error de intentar aprender para qué sirve cada botón.

Otra forma más romántica o hipster es el uso de libreta o moleskine y bolígrafo. La ventaja que tiene este medio es poder llevarlo encima y la poca batería que consume. El principal inconveniente es que las chicas populares del instituto te la pueden robar y reírse de ti delante de todo el mundo y, sobre todo, del chico que te gusta, que además es el capitán del equipo de football.

Si ya has llegado hasta este punto, enhorabuena: ya estás en disposición de escribir; pero cuidado, no te confíes, llegamos a la parte más difícil del asunto, el QUÉ y el CÓMO.

Es decir, qué cuento y cómo lo cuento.

El ‘qué’ se va complicando a medida que pasa el tiempo. En pleno siglo XXI no deben quedar muchos temas sobre los que no se ha escrito –o ninguno, me atrevo a decir- así que si vas a elegir un tema muy recurrente como el amor o cómo ganar dinero fácil vendiendo libros sobre cómo ganar dinero, debes aportar un valor añadido o un punto de vista nuevo sobre el asunto  si quieres que tu texto sea leído por alguien.

Yo ayer mismo por ejemplo tuve la idea de escribir Moby Dick pero miré en Google y resulta que ya estaba escrito desde hace mucho y además de una forma idéntica, palabra a palabra, de cómo yo había pensado escribirlo.

Sin embargo, si el ‘cómo’ merece la pena, el ‘qué’ es lo de menos. Y es esto lo que distingue a los grandes escritores de Dan Brown o de Ruiz Zafón.

Esa es la esencia de la literatura, la capacidad de trasmitir, de emocionar, de asustar, de hacer reír, llorar, comprar pescado un lunes, etc.

Y eso, al igual que la magia, consiste en trucos, que no son difíciles una vez que los conoces.

Yo mismo os los explicaría, pero es que me cierran el Carrefour.

Publicado en 19 Abril 2013

Una televisión con función sleep, que antes de apagarse te avise por si acaso estás despierto, pero que te avise con el sonido (a tope además) de una bocina.

a) Así si estás despierto, le dices que no, que no se apague.

b) Si estás dormido, la bocina te despierta y aplicar caso a)

Ya está, solo era eso.